12 ene 2011 12:28 p. m.

La extraña gacela del parque del Serengueti

 
Según recoge el periódico ABC, un extraño animal con mucho pelo campa a sus anchas por la Reserva Natural de Masai Mara, en el suroeste de Kenya.
 
La criatura, según escribe la web de medio ambiente Oasis, tendría el pelo marrón oscuro y gris, tan largo que le cubriría los ojos, como a un perro de la raza Schnauzer.
Dos bigotes claros y una larga barba adornan la simpática cara de esta rara gacela que un grupo de científicos está investigando.
El animal sería una especie de gacela de Thompson, pero su rareza, según esta revista, sería justamente el pelo que recubre su cuerpo «tan largo que no se le reconoce».
 
Un «antílope - león» en el Serengueti
 
Por otro lado, una especie animal desconocida, «mezcla de antílope y león», según sus descubridores, ha sido avistada en el Parque Nacional del Serengueti, en Tanzania, informó el periódico tanzano The Guardian.
El rotativo explica que la criatura, bautizada como «el enigma del Serengueti», parece una gacela de grandes dimensiones, con ciertas similitudes al camello y con una poblada melena, además de abundante vello de color oscuro.
El responsable de comunicación de la Autoridad de los Parques Nacionales de Tanzania, Paschal Shelutete, indicó que enviarían grupos de expertos para determinar «si es una nueva especie animal o una mutación».

5 ene 2011 10:11 a. m.

Las jirafas blancas evitan a los investigadores tanzanos

Un grupo de una rara variedad de jirafa, con manchas blancas, ha sido avistado en el Parque Nacional de Katavi, en Tanzania. «No creemos que se trate de otra especie, cabe la posibilidad de que sean jirafas albinas», ha apuntado a Efe Elisa Manase, una ecologista que trabaja en el parque.
El conservador del espacio, David Kadomo, ha manifestado su intención de destacar a un equipo de investigadores para estudiarlas. «Pero parece casi imposible acercarse, huyen en cuanto ven a la gente. Además, puede llevar meses volver a localizarlas, pues rara vez se mezclan con otras jirafas».
Según Kadomo, el grupo estaría compuesto por, al menos, tres individuos «de apariencia física similar a la de las otros ejemplares de su especie, aunque con manchas blancas».
Sólo vistas por los locales
Manase ha explicado que «sólo los habitantes locales han visto de manera ocasional a las jirafas blancas. Los turistas, investigadores y guardas no han tenido tanta suerte».
El 6 de septiembre de 2005, tras más de una década de búsqueda, Charles Foley, de la Sociedad de Conservación de Vida Salvaje, pudo fotografiar a un ejemplar de jirafa blanca en Tanzania. El científico tuvo noticias de su existencia en el Parque Nacional de Tarangire allá por 1993. Un año más tarde, al perder el rastro, llegó a pensar que el animal había muerto. Sin embargo, Foley no cejó en su empeño: «Comprobé que la jirafa no era en realidad albina; simplemente, tenía un color más brillante que la media».

Fuente: ABC.es
Fotografía: National Geographic