10 ago 2012 11:07 a. m.

Expedición 2012: Tras la huella de Félix en Tanzania

África asombra al enamorado de la naturaleza, le sumerge a uno en otras épocas, le lleva a los tiempos mágicos en que nacieron nuestros espíritus: una Europa cubierta de inmensas praderas por las que discurren ríos de bisontes, caballos salvajes, ciervos, renos; una Europa en la que se escucha todavía el barrito del mamut y el canto de la manada de lobos, bajo un cielo cubierto por las escuadras de gansos, las grullas y los patos salvajes.”  Félix Rodríguez de la Fuente

La Fundación Félix Rodríguez de la Fuente organiza este año un nuevo viaje de autor a Tanzania para seguir las huellas de Félix por ese país, de la mano del arqueólogo y naturalista Jordi Serrallonga y la agencia de viajes Azul Marino. Su objetivo es permitir a los viajeros conocer de cerca los valores naturales, paisajísticos, culturales y arqueológicos del norte de Tanzania, que tanto impresionaron a Félix en su día. ¿Te apuntas?

El viaje tiene una duración de once días y recorre Arusha, Sinya, Mayara, Karatu, Ngorongoro, la garganta de Oldupai, los lagos Ndutu y Masek, el Serengeti… 

Jordi Serrallonga, autor de esta expedición, nos ofrece una descripción detallada de su recorrido y de los lugares de interés que podrán conocer los viajeros:



KILIMANJARO: TERRITORIO DE ELEFANTES Y GUERREROS MAASAI

Las primeras jornadas de la expedición se centrarán en una localidad desconocida: Sinya. A las faldas del Kilimanjaro, la montaña cuyas nieves perpetuas inspiraron la pluma de Hemingway, descubrimos el territorio de los elefantes que deambulan entre las llanuras de Kenia y Tanzania; los mismos paquidermos que estudió Cynthia Moss y que captaron la atención de Félix. Un Félix a la vez entusiasmado por el pueblo de guerreros y ganaderos nómadas que son los guardianes de la zona: los maasai.

JIRAFAS EN LA NIEBLA: LA VIDA EN LOS BOSQUES DEL MONTE MERU

La siguiente escala del safari nos transportará a los pies de otro volcán durmiente, el Meru; en el Parque Nacional de Arusha es posible observar como las elegantes jirafas no son siluetas exclusivas de los espacios abiertos; sus largos y majestuosos cuellos emergen de la espesura en un paisaje que nada tiene que envidiar a las recreaciones de Spielberg en Jurassic Park.

LA GRAN FALLA DEL RIFT Y EL CAMBIO CLIMÁTICO EN ÁFRICA

No podemos estudiar la flora, fauna y etnias de África sin entender la geología del continente que las ampara. La Gran Falla del Rift –una cicatriz que cruza África desde el Mar Rojo hasta Mozambique– provocó, hace millones de años, un cambio climático que condujo a la estacionalidad actual en el África Oriental (una larga estación seca versus una corta estación de lluvias) y a la desaparición de los frondosos bosques tropicales en favor de los espacios abiertos de sabana. Sin la Gran Falla del Rift hubiera sido imposible la génesis de los grandes lagos alcalinos. Uno de estos lagos forma parte de la ruta, pues es en el Parque Nacional del lago Manyara donde Félix quedó intrigado por una curiosa conducta de descanso de los leones: dormir en lo alto de los árboles.

NGORONGORO: LA GRAN MARAVILLA DE LA NATURALEZA

Si Karen Blixen escribió “Yo tenía una granja a los pies de las Colinas de Ngong”, los expedicionarios de esta aventura podrán escribir que durmieron en una granja a los pies del Ngorongoro. Temprano, cabalgaran a lomos de vehículos 4x4 para remontar la cresta del Ngorongoro y, llegados a la parte más alta, escoltados por la niebla y los bosques que nacen y crecen en las escarpadas pendientes, descenderán hasta el interior de la gigantesca caldera volcánica: un circo natural de más de veinte quilómetros de diámetro cuyos diversos ecosistemas son el hogar de una extraordinaria biodiversidad que Félix plasmó en sus crónicas.

LA GÉNESIS DE ÁFRICA: OLDUPAI Y LA CUNA DE LA HUMANIDAD

Félix Rodríguez de la Fuente estaba fascinado por los estudios acerca de nuestro pasado y, precisamente, en los yacimientos arqueológicos  y paleontológicos de la Garganta de Oldupai han sido descubiertos tesoros clave de la Evolución Humana. Destacan dos lugares que el guía científico de la expedición (arqueólogo y naturalista) explicará in situ. De un lado, FLK, el paraje donde Mary, la mujer de Louis Leakey, encontró en 1959 el cráneo de un homínido muy robusto: el Cascanueces o Parantropus boisei. Y la cercana localidad de Homo, donde los hijos del matrimonio Leakey desenterraron los restos fósiles del Homo habilis.

LA LLANURA SIN FIN: EL ESCENARIO DE LA GRAN MIGRACIÓN

Y dejado atrás Oldupai, es obligado adentrarse en las llanuras que conquistaron el corazón de Félix: las sabanas de Ndutu y Masek. Tras la pista del comportamiento de los perros salvajes africanos, los licaones, nuestro protagonista se encontró, por casualidad, con otro colosal divulgador de la fauna: Hugo van Lawick. Pero en África no existe la casualidad... dos enamorados de la naturaleza era normal que se encontraran en las vastas sabanas del Serengeti (Siringet, en maa, “la llanura sin fin”). De hecho, los lagos Ndutu y Masek pertenecen al Área de Conservación de Ngorongoro, pero, desde un punto de vista ecológico, forman parte del ecosistema del Serengeti: el escenario de la gran migración que en los tiempos de Félix, tal como él describió en los años 60, sólo movía medio millón de animales debido a la amenaza constante de extinción para los ñus y cebras. Hoy, gracias a las labores de conservación, observamos migraciones que superan de largo los dos millones y medio de individuos.

FLIGHT OVER AFRICA...

Karen Blixen dejó escrito que sobrevolar África en el biplano de Denys Finch-Hatton fue el mejor de los regalos. Hoy, los compases escritos por John Barry para Flight Over Africa son la mejor Banda Sonora Original, junto a la propia Banda Sonora Natural del Serengeti, para el vuelo en avioneta que marcará el punto final de una entrañable expedición tras la huella de Félix Rodríguez de la Fuente.

Como ya dijo Jane Goodall en una ocasión “quien bebe de las fuentes de África jamás saciará su sed”. Félix jamás vio saciada su sed y regresó a África tantas veces como pudo. Marcelle Parmentier, su mujer, y su hija Odile, saben que “en África volvía a empezar”. 

Viaje 2012

Este año hemos organizado una expedición del 18 al 28 de octubre, con el itinerario siguiente

Día 1: Salida desde Madrid - Llegada a Tanzania
Día 2: Arusha - Reserva privada de Sinya
Día 3: Reserva privada de Sinya
Día 4: Reserva privada de Sinya - Parque Nacional de Arusha - Arusha
Día 5: Arusha - Parque Nacional de Manyara - Karatu
Día 6: Karatu - Cráter de Ngorongoro - Karatu
Día 7: Karatu - Oldupai Gorge - Lagos Ndutu y Masek
Día 8: Lago Masek - Parque Nacional del Serengeti
Día 9: Parque Nacional del Serengeti
Día 10: Parque Nacional del Serengeti - Arusha
Día 11: Amsterdam - Llegada a Madrid

Más información y reservas en http://felixenafrica.blogspot.com.es

1 ago 2012 1:14 p. m.

Tanzania, tras las huellas del pasado | Rosa M. Tristán

Cuando se aterriza en el aeropuerto de Arusha, puerta de entrada a los grandes y emblemáticos parques nacionales de Tanzania, lo primero que de divisa, si las nubes lo permiten, es la impresionante cumbre del Kilimanjaro, un gigante de casi 6.000 metros al que los motores del norte han hecho perder su blanca capa de nieve.

Arusha, sin embargo, decepciona, como tantas otras ciudades africanas en las que el caos del tráfico, construcciones sin orden ni concierto y suciedad se confabulan para que los viajeros salgan corriendo en busca de ese otro mundo que les espera a pocos kilómetros, el lugar en el que nuestros ancestros dieron sus primeros pasos.

Nada me sorprende que Félix Rodríguez de la Fuente se quedara prendado de la exuberante naturaleza de este país africano, que tiene algunas de las reservas más fascinantes del continente. Nombres como Ngorongoro o Serengeti evocan por si solos un mundo de aventura que no logran romper las masas de turistas apiñadas en los 4x4,.

Dos veces he tenido la suerte de visitar este país. La primera, realizando un safari que, como este viaje de la Fundación, salió de Arusha. No conozco la reserva privada de Sinya. Mi primera parada fue en el Parque Nacional de Tarangire y mis primeros animales salvajes, una familia de elefantes que se estaban bañando, rebozados en barro, después de que la matriarca del grupo le buscara el camino más seguro. Aquellos gigantes forman parte de los centenares de paquidermos que el norteamericano Charles Foley lleva décadas investigando y gracias a ellos ha descubierto grandes paralelismos entre su comportamiento social y el de los seres humanos.

Allí, frente ellos, fue donde realmente inicié un viaje que ,por pistas polvorientas, baches y continuos cambios de temperatura, permite asomarse por una inmensa ventana al pasado, al momento en el que en la Tierra decenas, cientos, miles de especies, del escarabajo al león, se paseaban sin riesgo a un atropello, a un disparo, al confinamiento en una jaula, por más que sea de oro.

El primer vistazo desde la orilla al cráter del Ngorongoro no puede dejar indiferente. Ya antes de bajar por sus escarpadas paredes se intuye a sus habitantes. Cebras, hienas, leones, hipopótamos, rinocerontes, búfalos… y elefantes tan grandes que arrastran sus colmillos. Les llaman los ‘aradores‘, y con razón.
Sólo pensar en lo que espera más adelante incita a abandonar tamaña concentración de animales. Siguiendo ruta, es necesario, imprescindible, parar en el Museo de Olduvai (Oldupai, para los nativos) para que ese retorno histórico adquiera sentido. Si hay tiempo, cómo no acercarse al centro español de investigación que el Instituto de Evolución en África (IDEA) abrió el año pasado en la famosa Garganta, el lugar con más yacimientos con restos de humanos del planeta, Patrimonio Mundial de la Unesco.

Fue el proyecto que un grupo de investigadores españoles y tanzanos mantiene en Olduvai el objeto de mi segundo viaje. Bajo la dirección de Manuel Domínguez-Rodrigo, Enrique Baquedano y Audax Mbulla, y siguiendo los pasos de la familia Leakey, los españoles están encontrando fósiles fascinantes, de hace entre uno y dos millones de años, que nos ayudan a conocer cómo éramos cuando un buen día nos erguimos sobre dos piernas y comenzamos a caminar…. Cuando el cerebro aumentó… Cuando empezamos a fabricar utensilios de piedra.
Los masais que viven cerca de la estación científica IDEA tienen unas bomas (poblados) mucho más míseras que los que viven al borde del camino a Serengueti. Allí no llegan los turistas que compran sus llamativos collares, ni donaciones para escuelas o dispensarios. Al verles pastorear sus cabras entre gacelas, tal ágiles y delgados, es fácil imaginárselos cazando con la lanza al hombro, esquivando lelones. Sobreviviendo.

Pero de nuevo hay que seguir ruta… y dejando atrás a los paleontólogos, observados de cerca por una manada de jirafas, pronto se llega a la entrada al gran Parque Nacional de Serengeti, una reserva única que logró salvarse este año de un proyecto infame: el Gobierno tanzano pretendía cruzarlo por el norte con una autovía que iba a enlazar Arusha con Musoma, el recorrido que atraviesan las grandes migraciones anuales desde Masai Mara (Kenia).

Recuerdo aquí las palabras que escribí en mi primera noche junto al río Seronera, donde instalamos el campamento: “Me siento como John Speke camino del Lago Victoria. Pero él atravesó esta inmensa sabana en burro, y yo en camión. Atrae y aterra al mismo tiempo pensar que estoy rodeada de hienas, que escucho desde la cama el rugido del león, que pudiera haber una estampida de búfalos que se lleve la tienda por delante. Y, sin embargo, ahora mismo no cambiaría este momento por nada. Algo así imagino que sentiría el explorador británico”.

Aún tengo grabada la imagen del explosivo amanecer del día siguiente, un incendio en el cielo en el que se recortaba una leona despertando a lametazos a sus cachorros. En el camino, cientos de ñus que se dirigían a beber al río,mientras el guepardo se desperezaba bajo una acacia.

Por delante, horas de búsqueda al lento ritmo de la vida salvaje, escrutando el horizonte, recreándonos de la belleza o impactándonos con la brutalidad de una escena de caza… En definitiva, aprendiendo a no olvidar que allí están nuestro orígenes.

Imágenes de Rosa M. Tristán:
1. Un niño masai con un bifaz de hace más de un millón de años en la mano.
2. La autora de este post excavando en Olduvai

19 abr 2012 2:33 p. m.

¡Todo listo para el viaje de 2012!

Este año habrá dos expediciones, una en julio y otra en octubre. A las 15h50 del día 4 de julio de 2012 saldrá nuestro primer avión desde Madrid con destino Kilimanjaro haciendo dos escalas intermedias en Frankfurt y Addis Abeba. Noche a bordo. Tras sobrevolar el Nilo –y las leyendas de los grandes exploradores que fueron en busca de sus fuentes–, la ansiada llegada al aeropuerto internacional de Kilimanjaro.
Día 1: Salida desde Madrid con KLM - Llegada a Tanzania
Día 2: Arusha - Reserva privada de Sinya
Día 3: Reserva privada de Sinya
Día 4: Reserva privada de Sinya - Parque Nacional de Arusha - Arusha
Día 5: Arusha - Parque Nacional de Manyara - Karatu
Día 6: Karatu - Cráter de Ngorongoro - Karatu
Día 7: Karatu - Oldupai Gorge - Lagos Ndutu y Masek
Día 8: Lago Masek - Parque Nacional del Serengeti
Día 9: Parque Nacional del Serengeti
Día 10: Parque Nacional del Serengeti - Arusha
Día 11: Amsterdam - Llegada a Madrid

¿Te vienes?

18 abr 2012 10:42 a. m.

Félix en la cuna de la humanidad | Odile Rodríguez de la Fuente

Como muchos sabéis, a pesar de ser una de sus facetas menos conocidas, Félix sintió una intensa atracción por el continente africano y concretamente por Tanzania, donde estudió, además de su fauna y sus paisajes, sus etnias y sus yacimientos arqueológicos.

Este año la Fundación propone dos nuevas expediciones a Tanzania (4 ‐15 de julio y 18‐28 de octubre). Los viajeros seguirán los itinerarios marcados por mi padre en los años 60, recorriendo las llanuras de la reserva de Sinya, donde revivirán las sensaciones de los primeros representantes del género Homo que hace dos millones de años colonizaron las sabanas del África Oriental. Y es que, como afirmó mi padre:

África asombra al enamorado de la naturaleza, le sumerge a uno en otras épocas, le lleva a los tiempos mágicos en que nacieron nuestros espíritus: una Europa cubierta de inmensas praderas por las que discurren ríos de bisontes, caballos salvajes, ciervos, renos; una Europa en la que se escucha todavía el barrito del mamut y el canto de la manada de lobos, bajo un cielo cubierto por las escuadras de gansos, las grullas y los patos salvajes.

Te invitamos a aprovechar esta ocasión para entrar en contacto no sólo con la fauna local, sino también con la población y el paisaje. Tal y como hizo Félix, podrás visitar una manyatta o poblado maasai, donde bajo el consentimiento de sus miembros, serás espectador de sus actividades y costumbres. El importe de cada viaje incluye una donación de 200 euros para que la Fundación pueda desarrollar sus proyectos dirigidos a concienciar a la sociedad para que se implique en generar un cambio que mejore y enriquezca la vida del hombre, en el sentido más profundo de la palabra, y la de la tierra que lo sustenta.

Esperamos que puedas unirte a nosotros en esta oportunidad única para conocer el corazón de África a través de los ojos de mi padre. Será una experiencia inolvidable.

Imagen: Fotograma de la película 'Memorias de África', en esta edición del viaje 'Félix en África' se incluye vuelo en avioneta de Serengeti a Arusha.

Descárgate la presentación completa

Información y reservas


19 jul 2011 11:07 a. m.

Al ñu no le gusta el asfalto



El Gobierno de Tanzania no desiste en su empeño de cortar con una carretera las rutas migratorias de este antílope fuera del Serengueti.

A finales de junio, en plena migración masiva estival de los ñus (más de un millón de ejemplares) hacia tierras con pastos más frescos fuera del parque nacional del Serengueti, en Tanzania, el ministro de Turismo y Recursos Naturales, Ezekiel Maige, anunciaba que su país renunciaba a construir una autopista en este espacio protegido. Gobiernos de países como Kenia y Estados Unidos, universidades y organismos científicos y ONG ecologistas de todo el mundo habían criticado duramente que se abriera dicha vía asfaltada a través de una de las grandes reservas de la biodiversidad africana.

Pero el ñu sigue sin respirar tranquilo. A pesar de que ninguna de sus dos especies está considerada como amenazada, preocupa la invasión de sus territorios. El Gobierno tanzano ya ha dicho que desecha la autopista por el interior del Serengueti, pero no una carretera de grava que se uniría, en los límites exteriores del parque, a otras dos asfaltadas. Advierten de que por la de grava no circularán turismos ni vehículos comerciales y que estará muy vigilada, pero organizaciones como African Wildlife Foundation dudan de esta medida y reclaman que se haga una carretera alternativa por el sur, para evitar por completo cualquier zona sensible y protegida.

Para los ñus, cortar con cualquier tipo de carretera sus rutas migratorias hacia lugares como el valle del río Mara o las orillas del lago Victoria, marcadas durante miles de años por sus ancestros, supone un duro castigo. Además, si nos atenemos a las malas noticias que vienen de sus cuarteles estivales en el Masai Mara (Kenia), les abriría las puertas para entrar en alguna categoría de amenaza.

A principios de junio, investigadores de la Universidad de Hohenheim (Alemania) y del International Livestock Research Institute de Nairobi (Kenia) confirmaron el descenso alarmante de las poblaciones de ñus y cebras en la región de Mara, precisamente dos especies migratorias procedentes del Serengueti. Un dato era concluyente: la región recibe un 64% menos de ñus que a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. En este caso, los caminos de grava han llevado hasta estas tierras a demasiados cazadores furtivos y animales de granja que desplazan a estos antílopes barbados.
Javier Rico - vía El País 

29 jun 2011 9:30 a. m.

El Serengeti, salvado

La mayor migración de mamíferos del mundo (con permiso de la recién descubierta en el Sudán del Sur, que se creía desaparecida desde hace 25 años) seguirá existiendo. Ezekiel Maige, ministro de Recursos Naturales y Turismo de Tanzania, ha enviado una carta al director del Centro del Patrimonio Cultural de la UNESCO, en París.

El texto anuncia que el Gobierno de ese país no va a construir una carretera asfaltada que partiría en dos el Serengeti e impediría la migración de alrededor de 1,2 millones de ñus, 200.000 cebras y medio millón de gacelas, y que además abriría todavía más ese parque nacional y la reserva de Masai Mara, en Kenia, al furtivismo. Eso a su vez pondría en grave peligro la supervivencia de los 3.000 leones de la región- que suponen más del 10% de la población mundial de esa especie- y de más de 50 rinocerontes negros, una especie de la que que apenas quedan 3.500 ejemplares en libertad.

El inesperado cambio de opinión de Maige llega apenas dos semanas después de que Estados Unidos, uno de los principales aliados de Tanzania, expresara su oposición al proyecto de carretera. La oposición de Washington a la carretera fue incluso planteada por la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, en su visita a Tanzania la semana pasada.

Oposición internacional

EEUU no ha sido el único país que ha rechazado el proyecto. El Gobierno alemán llegó al extremo de ofrecer la financiación necesaria para construir una red de carreteras locales en la región de Loliondo- al Este del Serengeti, entre el parque y el cráter de Ngorongoro- y el Banco Mundial propuso al Gobierno tanzano, aunque no de forma pública, aportar los fondos para una carretera que al norte de Masai Mara y que, por tanto, interrumpiría otras migraciones de ñus (esencialmente la que se produce entre las llanuras de Loita y Masai Mara) pero no la del Serengeti.

La tensión entre el Banco Mundial y el Gobierno tanzano llegó a tal extremo que la institución prohibió a sus funcionarios hablar con los medios de comunicación de la carretera, aunque fueran comentarios a título personal. El Gobierno de Kenia también ha censurado el proyecto, ya que supondría dejar Masai Mara la reserva más visitada de ese país y una de sus principales fuentes de divisas sin animales.

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27 jun 2011 11:09 a. m.

Biogás y abono con excrementos humanos en Tanzania

El constante deterioro de la calidad del suelo y la falta de un saneamiento adecuado en la región de Kagera (Tanzania) llevó a la ONG Ingenieros sin Fronteras y a varios alumnos del Departamento de Edafología de la Universidad Técnica de Alemania a diseñar y aplicar el proyecto Carbonization as Sanitation (CaSa). Básicamente, han desarrollado una tecnología de carbonización de desechos humanos, con eliminación de todos los agentes patógenos, que permite crear carbón vegetal y producir biogás durante el proceso.

En el proyecto colabora también Mavuno Project, una ONG que trabaja sobre el terreno en Kagera con varios programas de desarrollo relacionados con el abastecimiento de agua, educación, sida, microcréditos, agricultura y producción de biogás para asegurar la autosuficiencia energética y su generación sin riesgos para la deforestación de la zona y la salud de las personas. Esto último se debe a la deficiente combustión del biogás que realizan en los hogares, lo que provoca problemas respiratorios e infecciones oculares.

El biogás servirá para suministrar energía a todo el proceso
En este caso, la tecnología empleada en CaSa elimina de los excrementos todos los patógenos susceptibles de provocar enfermedades y se asegura que en su posterior utilización como abono solo queden los nutrientes y el carbono vitales, según los investigadores, para frenar la erosión en esta área de Tanzania. Paralelamente al proceso de carbonización se producirá biogás en una planta diseñada también por los estudiantes, y que suministrará la energía a todo el proceso.

La tecnología ha pasado ya por diferentes fases de laboratorio y esperan ponerla en práctica en 2012 en Tanzania. Antes, entre julio y septiembre de este año, y tras la construcción por los alumnos del Departamento de Edafología de una planta piloto en un invernadero de Berlín, realizarán las últimas pruebas recreando al máximo las condiciones ambientales e incluso de acceso a la tecnología que tienen en Kagera, con el objetivo de que la réplica de CaSa en Tanzania no sufra contratiempos.